Las palabras motivan o hieren profundamente y los seres humanos somos extraordinariamente frágiles; emocionalmente somos tan delicados que las palabras pueden tener el gran poder de acabar nuestras vidas. Aquellas personas que descargan comentarios negativos que nos hieren, las podríamos llamar "GENTE TÓXICA", y puede ser cualquiera: un amigo, un hermano, un jefe, tu mamá o tu papá, e incluso nuestra pareja. Sus comentarios sabotean de alguna manera nuestros esfuerzos por llevar una vida feliz y productiva.
Una persona puede ser TÓXICA para alguien y no serlo para los demás. A todos nos gusta ganarnos el respeto, la aceptación, el reconocimiento de los demás y escuchar palabras de aliento. Tristemente, no siempre es así, ya que existen las personas tóxicas.
Una persona con baja autoestima hará cuanto pueda por sabotear las relaciones o para sentirse importante, la raíz en la mayoría de los casos son los celos y se actúa de manera irracional. A la GENTE TÓXICA le molesta cuando otro tiene éxito, cuando es atractivo, popular, simpático, culto, etc.
Una persona puede ser TÓXICA para alguien y no serlo para los demás. A todos nos gusta ganarnos el respeto, la aceptación, el reconocimiento de los demás y escuchar palabras de aliento. Tristemente, no siempre es así, ya que existen las personas tóxicas.
Una persona con baja autoestima hará cuanto pueda por sabotear las relaciones o para sentirse importante, la raíz en la mayoría de los casos son los celos y se actúa de manera irracional. A la GENTE TÓXICA le molesta cuando otro tiene éxito, cuando es atractivo, popular, simpático, culto, etc.
La gente tóxica, también conocida como "vampiros psíquicos" son aquellos que pueden parecer tu mejor amigo, tu pareja, pero OJO, en un dos por tres, pueden pasar a criticarte, hasta a mentir sobre tu vida, si es necesario, siempre de forma "inocente", y "para ayudarte", para que se caigan tus mejores momentos.
Es gente que absorbe tu alegría, a través de su propia negatividad camuflajeada en "críticas constructivas”, que te descompone la sangre, o se pelean sin sentido, te provocan, y después te pueden abrazar y decirte que todo está bien, que te olvides de todo, "que ya no peleen mas" (cuando a ti, ni se te ocurrió) y que disfrutes de la reunión. Pero no puedes, porque ya tu autoestima fue agredida.
Es gente que absorbe tu alegría, a través de su propia negatividad camuflajeada en "críticas constructivas”, que te descompone la sangre, o se pelean sin sentido, te provocan, y después te pueden abrazar y decirte que todo está bien, que te olvides de todo, "que ya no peleen mas" (cuando a ti, ni se te ocurrió) y que disfrutes de la reunión. Pero no puedes, porque ya tu autoestima fue agredida.
Estos son los más comunes:
1. LOS NEGATIVOS. Ven el mundo a través de lentes oscuros. Y a ti te toca la ardua tarea de elevarles el ánimo, lo cual es como subir una piedra montaña arriba. `Tengo que buscar trabajo’, dice ella. `Ahora ha y muchas oportunidades en tu campo’, le dices tú. `Sí, pero a mi edad…’, apunta ella. `La experiencia vale de mucho’, señalas. `Ay, pero las empresas prefieren personas jóvenes…’. Llega el momento en que tú, que tratabas de animarla, acabas más deprimida que ella, y temiendo por tu futuro laboral.
2. LOS PESIMISTAS.
Se pasan la vida lamentándose de lo mismo —la pareja, el empleo, los hijos, la economía—, pero nada hacen para cambiar la situación. En realidad, esta persona solo quiere quejarse, pues esto le produce un alivio momentáneo.
2. LOS PESIMISTAS.
Se pasan la vida lamentándose de lo mismo —la pareja, el empleo, los hijos, la economía—, pero nada hacen para cambiar la situación. En realidad, esta persona solo quiere quejarse, pues esto le produce un alivio momentáneo.
3. LOS CRITICONES.
Ponen objeción a todo lo que dices y haces; para ellos, tú nunca das la talla, insisten en que las críticas son `por tu bien’. Pero la realidad es que te dejan por el piso. Por regla general, estas personas le encuentran un defecto a todo: la película, la cena, el servicio en el restaurante…
Ponen objeción a todo lo que dices y haces; para ellos, tú nunca das la talla, insisten en que las críticas son `por tu bien’. Pero la realidad es que te dejan por el piso. Por regla general, estas personas le encuentran un defecto a todo: la película, la cena, el servicio en el restaurante…
4. LOS CONFLICTIVOS.
Cualquier incidente, por mínimo que sea, provoca en ellos una reacción agresiva. Sientes que debes vigilar lo que dices o haces, para no encender la pólvora, porque cuando estallan, ¡arde Troya!
5. LOS INDEFENSOS.
Continuamente necesitan que hables por ellos, los defiendas, los protejas, porque ellos, no saben valerse por sí mismos. Pero. ¿Ellos? Tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos. En este grupo hay que incluir a los `poca cosa’ que practican la agresión pasiva; esos que, después de un desacuerdo, te juran que no te guardan resentimiento… pero luego se olvidan, por ejemplo, de pasar por ti a la hora acordada. Es su forma indirecta de castigarte.
6. LOS SARCÁSTICOS.
Sus comentarios —crueles, burlones— pueden resultar chistosos, pero cuando ese humor negro siempre va dirigido a ti, acaba por minar tu espíritu. Después de una sesión de comentarios ácidos, te sientes dolida e insultada. Su humor hiriente es tóxico para el alma, porque siempre golpea donde más duele.
7. LOS TRÁGICOS.
Siempre están hablando de enfermedades, muertes, desgracias y colapsos económicos. Para ellos, la vida es un peligro, y si algo va a ocurrir, seguramente será muy malo. Cinco minutos con ellos acaban con tus nervios.
Pasos claves
1. Reconocerlos: Determina en qué categoría cae esa persona, de esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo maniobra.
2. Mantener el balance interior: Para e vitar el contagio, muchas veces entender por qué esa persona tiene ese efecto sobre ti, te ayuda a protegerte de su influencia negativa, puedes mantener una distancia emocional que te permite observar su comportamiento `desde afuera’, sin que te afecte.
3. Alejarte: Si esta persona no es esencial en tu vida, puedes evitar la relación, muchas veces la costumbre nos `ata’ a amistades tóxicas.
4. Sanar la relación: Si la relación es importante para ti, debes dejarle saber a esa persona de qué manera te está afectando, y justificadamente porque valoras la relación, tienes algo que decirle. `Cuando haces o dices tal cosa, yo me siento ofendida. Te pido que no lo hagas más’. Esto puede iniciar un diálogo muy sano para las dos.
Cualquier incidente, por mínimo que sea, provoca en ellos una reacción agresiva. Sientes que debes vigilar lo que dices o haces, para no encender la pólvora, porque cuando estallan, ¡arde Troya!
5. LOS INDEFENSOS.
Continuamente necesitan que hables por ellos, los defiendas, los protejas, porque ellos, no saben valerse por sí mismos. Pero. ¿Ellos? Tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos. En este grupo hay que incluir a los `poca cosa’ que practican la agresión pasiva; esos que, después de un desacuerdo, te juran que no te guardan resentimiento… pero luego se olvidan, por ejemplo, de pasar por ti a la hora acordada. Es su forma indirecta de castigarte.
6. LOS SARCÁSTICOS.
Sus comentarios —crueles, burlones— pueden resultar chistosos, pero cuando ese humor negro siempre va dirigido a ti, acaba por minar tu espíritu. Después de una sesión de comentarios ácidos, te sientes dolida e insultada. Su humor hiriente es tóxico para el alma, porque siempre golpea donde más duele.
7. LOS TRÁGICOS.
Siempre están hablando de enfermedades, muertes, desgracias y colapsos económicos. Para ellos, la vida es un peligro, y si algo va a ocurrir, seguramente será muy malo. Cinco minutos con ellos acaban con tus nervios.
Pasos claves
1. Reconocerlos: Determina en qué categoría cae esa persona, de esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo maniobra.
2. Mantener el balance interior: Para e vitar el contagio, muchas veces entender por qué esa persona tiene ese efecto sobre ti, te ayuda a protegerte de su influencia negativa, puedes mantener una distancia emocional que te permite observar su comportamiento `desde afuera’, sin que te afecte.
3. Alejarte: Si esta persona no es esencial en tu vida, puedes evitar la relación, muchas veces la costumbre nos `ata’ a amistades tóxicas.
4. Sanar la relación: Si la relación es importante para ti, debes dejarle saber a esa persona de qué manera te está afectando, y justificadamente porque valoras la relación, tienes algo que decirle. `Cuando haces o dices tal cosa, yo me siento ofendida. Te pido que no lo hagas más’. Esto puede iniciar un diálogo muy sano para las dos.
Las personas "tóxicas" influyen en la salud tanto física como psíquica del otro, es clave identificar los síntomas que una compañía nociva produce. A esas personas se las controla quitándoles su poder, escapando de ellas o no permitiéndoles acceso a nuestra intimidad. Cuando surge un comentario o comportamiento "tóxico", simular que uno le presta atención cuando, en realidad, se esfuerza por contravenirlo. La actitud positiva es siempre una elección. Prepárese mentalmente para contrarrestar así las actitudes "tóxicas".
Ejercita tu propia autocrítica y revisa con frecuencia qué tipo de actitudes y comportamientos tienes para con los demás. También puedes ser "tóxico" para otros. La regla es simple: No les haga a los demás lo que no deseas que te hagan.
Tomado de: Cheryl Richardson, autora de Take Time for Your Life(Toma tiempo para tu vida) y la doctora Lillian Glass, autora de Toxic People (Gente tóxica).
Gracias, mi coach favorita... besos
ResponderEliminarFelicitaciones, este artículo nos permite reflexionar sobre nuestros comportamientos cuando nos relacionamos con los demás. Continua cosechando éxitos.
ResponderEliminarGracias...!!!
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