viernes, 17 de abril de 2015

La Humildad y Riqueza.




La humildad es una de las mayores virtudes del ser humano, y para nada está peleada con la riqueza material, siendo una creencia que humildad = pobreza, y nada más equivocado que tal aseveración,  puesto que la humildad es  una cualidad, una forma de vida, una manera de conducirse, saber que somos, que tenemos y que nos falta, sin sentirnos superiores a las personas que nos rodean con nuestros logros, capacidades, éxitos materiales que se hayan conseguido y la pobreza que es más bien una circunstancia financiera.

La humildad va relacionada con la sinceridad, sencillez, humanidad e interés por el bienestar ajeno antes que el propio, esto no quiere decir que una persona humilde pertenezca a una clase o grupo social específico, existen personas pobres sin humildad, porque están llenos de orgullo, llenas de rencor, desánimo y desaliento, al igual que hay personas cuyo dinero los hace orgullosos, jactanciosos, faltos de afecto hacia sus semejantes. 

Por otro lado, el ego estimulado en nuestra sociedad, considera que nuestra identidad depende de lo que los demás piensen de ti, por eso es tan importante no dejar que domine tu vida, porque  se considera débil, cobarde a una persona humilde. Todas las necesidades de aceptación exterior no son más que ilusiones, fantasías que tu ego te ha creado.

 Las personas humildes alcanzan un gran crecimiento espiritual, que permite que nuestras obras  se hagan desde nuestro Ser interior, porque se mantiene una constante vigilancia sobre el ego, para no afectar con nuestras acciones y palabras a las personas con las que interactuamos, ya que nos hace considerados con nuestros semejantes, por eso cuando hacemos “el bien” debemos observar si lo hacemos desde nuestro Ser y amor al prójimo o desde nuestro ego.

 La frase de Lorimer, George Horace: "Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar."  Si tienes dinero y eres buena persona, podrás ser más generoso. También se puede ser pobre y egoísta y creer que nada se tiene para compartir.
Se puede ser pobre y humilde, también pobre y sencillo o rico y sencillo. Son valoraciones que perfectamente pueden mezclarse en una persona.
El humilde no es aquél que permite que la injusticia y que sus derechos sean violentados y se queda callado. Es aquel que reclama lo justo con educación y criterio. Sabe que no es ni inferior ni superior a los demás.

 “La falsa humildad es simplemente el ego reprimido, aparentando ser humilde pero deseando ser el mejor. La verdadera humildad no tiene nada que ver con el ego; es la ausencia del ego. No pretende ser superior a nadie. Es la pura y simple comprensión de que no hay nadie que sea superior, ni nadie que sea inferior; las personas son simplemente ellas mismas, incomparablemente únicas. No puedes compararlas como superior o inferior. De ahí que el auténtico hombre humilde sea muy difícil de comprender, porque no será humilde de la manera que tú lo entiendes. Has conocido montones de personas humildes, pero todos eran egoístas y tú no eres lo suficientemente perspicaz para ver que eso es su ego reprimido”. Osho


Podemos desarrollar la humildad:
  • Aceptando las capacidades de los demás y no ser arrogantes con las nuestras
  • Solicitar apoyo cuando la necesitemos.
  • Escuchando más a los demás y dejando de hablar tanto de nosotros mismos.
  • Eliminando la soberbia.
  • Tratar a los demás con respeto y consideración.


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