La necesidad
de aprobación, surge como una condición humana
de considerarse digno de ser querido y
tomado en cuenta. Muchas veces en ese recorrido nos frustramos, porque
queriendo agradar y complacer a los demás, no logramos lo más importante, nuestra propia aceptación.
Para mí, ser reconocidos y
aceptados, no es del todo negativo, ya que como seres sociales requerimos relacionarnos con otros y ser
destacados por nuestros logros, competencia y comportamiento hacia el entorno, es importante para el autoconocimiento
y autovaloración. Ejemplo: un escritor requiere que su libro sea leído y guste
al lector, el arquitecto ser reconocido por sus diseños, el pintor por sus
obras,…
Se necesita ser valioso e importante,
siempre y cuando cada acción que tengamos en nuestra vida, no dependa de ello,
para reconocer nuestra propia valía y autoestima.
"El éxito más grande es la
aceptación de uno mismo."
Ben Sweet
Les presento
a continuación una publicación sobre el tema de Renny Yagosesky,
que me parece interesante:
Todos los
seres humanos requerimos del reconocimiento y la aceptación. A veces, sin
embargo, esta búsqueda se hace compulsiva y la búsqueda de aprobación puede
llevarnos a sufrir episodios desagradables de ansiedad y culpa.
Es un hecho, que como parte activa de la naturaleza, los seres
humanos tenemos necesidades. Para sobrevivir, requerimos alimento, techo y
vestido.
Sin embargo, además de esas necesidades materiales, tenemos otros
requerimientos de tipo psicológico o emocional, que ameritan ser satisfechos
para poder alcanzar la como persona humana, un óptimo funcionamiento y un
adecuado desarrollo. En esencia, se trata de la necesidad de afecto, de
inclusión, de pertenencia, que en ocasiones se desvirtúa y se convierte en una
búsqueda compulsiva de reconocimiento y aprobación.
Defino la necesidad de aprobación, como una expectativa de
aceptación, aval, apoyo o admisión, que nos impulsa a comportarnos de cierta
manera para evitar el rechazo y lograr ser reconocidos como amigos o aliados.
Bajo ciertas circunstancias, este deseo de aceptación o inclusión
puede convertirse en una alta prioridad, en un anhelo recurrente de alta
intensidad que nos lleva a exhibir conductas fijas e insanas que generan casi
siempre, un fuerte malestar emocional.
En términos causales, la necesidad de aprobación se relaciona con
la baja autoestima, con una pobre valoración de nosotros mismos, que genera un
sentimiento de inferioridad y una carrera pocas veces consciente hacia la
búsqueda de reafirmación por parte de quienes nos rodean.
Los malos tratos recibidos en la infancia y en la adolescencia,
así como la baja tolerancia ante nuestros errores por parte de padres y otras
figuras de autoridad, suelen influir en nuestra autoimagen y nuestro sentido de
valía, por lo que se afecta nuestro sentido de dignidad personal.
Para superar la compulsión de la aprobación, debemos comenzar por
aceptar que es un problema real, que nos afecta y que demanda su aceptación,
así como un abordaje sincero e inmediato.
Además, una forma de superar la necesidad de aprobación, consiste
en combatir e pasado mental, los recuerdos de experiencias limitadoras que nos
impiden actuar en el presente de manera creativa y adulta.
Hoy no es ayer. El presente, es único, cada día es totalmente
nuevo.
·
Puede usted hacer un recuento de sus logros,
dones y talentos, y recordar frecuentemente que los tiene, y claro, deberá
también ponerlos en acción para disfrutar de los beneficios asociados con el
despliegue o uso racional de esos talentos. Y todo lo que vaya logrando,
anótelo, documéntelo para que pueda tenerlo presente si acaso le surgen
episodios de inseguridad y duda sobre su calidad y valía.
- Lea libros estimulantes de autosuperación, pues le ayudarán a mantenerse enfocado en los aspectos positivos de su personalidad. Hay demasiado que aprender y los libros lo ayudarán a aprenderlo en un relativo corto plazo.
- Reúnase con personas que lo valoren y le demuestren su aprecio. Es un hecho probado que terminamos pareciéndonos a las personas con las que compartimos frecuentemente.
- Combata todo pensamiento de subestimación que venga a su mente. Cada idea negativa, sustitúyala de inmediato por otra positiva.
- Evite compararse con los demás. Cada quien es cada quien y el mejor perro no podría ser comparado jamás con el mejor gato, pues cada uno mostraría ventajas y desventajas debido a su diferencia natural.
- Cuando vaya a tomar una decisión, evite depender de otros y consultar a cada instante. Desarrolle autonomía, confíe en su criterio y asuma riesgos. Poco a poco aprenderá a elegir bien.
- No confunda lo que usted es con lo que usted hace. Un error, no lo convierte a usted en un ser errado.
Considere y aplique estas sugerencias, trabaje en el desarrollo de
una sana autoestima, y muy pronto, ya no requerirá que otros le digan si es o
no una persona valiosa. Es un regalo de Dios que ya usted lo sea. Sólo debe
aceptarlo para que su magia y su brillo puedan manifestarse.
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