viernes, 21 de junio de 2013

Desapego Emocional.





 Ser una persona desapegada no implica que se sea distante, fría o que  se valore lo que tanto sacrificio ha costado conseguir. “El desapego es mirar las cosas y la vida en general con mucho amor, generosidad y consciencia.

Una persona que aprende a vivir con lo que tiene, pero no siente temor de perderlo se puede considerar verdaderamente libre. Aquel que no acumula bienes, objetos o personas sino que disfruta de todo cuanto tiene y no tiene es una persona feliz y sabia”.

Llegar a esta postura no es fácil. Posiblemente, para poder tener esta mentalidad se haya tenido que perder mucho. El ser humano aprende mediante las crisis ya sea de orden económica o existencial. Uno aprende a valorar las cosas, lamentablemente gracias al sufrimiento.
En cuanto al afecto, amar a alguien significa dejarlo libre. El desapego no es abandono sino amor incondicional. No podemos mantenernos presos unos de otros. No hay que depender de nadie ni hacer que nadie dependa de uno.
Hay que intentar vivir cada día como si fuera el último sin que exista la necesidad de consumir a nuestra pareja, a nuestros amigos para esclavizarlos. Si se logra entender el verdadero significado del desapego se estará trascendiendo a un nivel espiritual más elevado que traerá muchos beneficios.

Claves para llegar al desapego emocional

1.- El viaje interior:
Dentro de cada uno se esconde la herramienta más poderosa que hay que poner en práctica y es la de la generosidad del amor. “Nadie puede enseñar al otro a desentenderse de los bienes materiales y las personas que nos anclan y hacen presos de una conducta consumista exagerada.

En nuestro interior está la clave para afrontar este tema con sensatez. La introspección sirve para conocernos, para preguntarnos y reflexionar hasta hallar las respuestas necesarias.

¿Qué realmente nos aporta esa prenda que nos hemos comprado, en qué nos ayuda tener tantas cosas que no usamos, gente que nos desgasta o nos hace daño, por qué seguimos teniendo un vínculo con ellas, qué estamos haciendo mal? Son todos interrogantes que solamente cada uno podrá resolver”.
2.- Hacer la prueba e intentar una conducta distinta:
“A veces es más simple de lo que parece. Destinar un fin de semana a hacer algo diferente que no implique el uso de la billetera. Encontrarse con uno mismo en una determinada situación.

No es necesario irse lejos a un retiro espiritual, sino que es importante poder encontrarse con uno mismo sin miedos ni prejuicios. Realizar un pequeño cambio para hacer la gran diferencia. Ver que otra manera de vivir y relacionarse con el mundo es posible.

Tendríamos que tener todo lo que queremos sin necesidad de atarnos a deudas, conflictos por dinero, sufrimientos amorosos a los que culpamos y queremos perpetuar cuando ya no es posible. La vida no es tan compleja como nos quieren hacer creer”, afirma la especialista.

3.- Ser feliz por el hecho de serlo y no dependiendo del resultado:
Estamos acostumbrados a otorgarle emoción a una determinada situación si nos da satisfacción el resultado obtenido. Si nos compramos una casa, entonces somos felices.

Si nos vamos de viaje, entonces nos alegramos, si acumulamos cada vez más ropa, nos sentimos satisfechas y así vamos formando y alimentando nuestra existencia. Aprender a ser feliz por otro tipo de cosas es posible.

Qué tal si nos educamos y educamos a nuestros hijos a ser felices por estar juntos, por compartir este maravilloso día de sol o lluvia, por las cosas sencillas que son las que en definitiva deberían valer la pena”, recomienda la profesional.

4.- Dar:
 La mejor manera de ejercitar el desapego es dando. “Compartir lo que uno tiene, no tener miedo de que no vuelva. Lo que es nuestro es de todos. Dar con amor y verdadera generosidad.

Esta actitud es muy poderosa ya que estaremos vibrando tan alto que recibiremos lo mismo que somos capaces de dar. Recomiendo intentar este ejercicio con algo pequeño y se podrán ver los bellísimos resultados de los que seremos protagonistas.
El desapego no implica renunciar a los sueños de tener todo aquello que se desea.
“Lo importante es no sentir miedo de perder lo que se tiene. Poder valorar otras cosas importantes de la vida y no sufrir por las pérdidas, sino reciclarlas y ver siempre el lado positivo, preguntarnos cuál es la lección que tenemos que aprender de los que nos está pasando y siempre hacer el esfuerzo de mirar la realidad desde muchas perspectivas”

Tomado de Publicación de: Licenciada en Filosofía, Carolina Renzetti.

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