“Somos lo que pensamos,
todo lo que somos surge de nuestros pensamientos,
con nuestros pensamientos hacemos el mundo”. Buda
todo lo que somos surge de nuestros pensamientos,
con nuestros pensamientos hacemos el mundo”. Buda
"Todos los
pensamientos positivos, sentimientos e intenciones no te van a llevar a grandes
resultados a menos que agregues tomar la acción correcta en el orden correcto
para lograr el resultado específico que deseas. Elije las estrategias y
tácticas correctas y lograrás cualquier cosa que desees". John Assaraf
Las cosas en la vida hay que pensarlas, sentirlas y
sopesar lo bueno y lo malo que está en nuestras vidas, y tener conocimiento de
lo que nos hace infelices y no anclarnos en idea de "no puedo",
"no soy capaz". <Para ser libres hay que sentirse libres...>
Nuestras
acciones están presididas por nuestra mente, que determina si nos atrevemos a afrontar
los pensamientos y sueños, para plasmar en
la realidad, lo que hemos planeado, primero en el pensamiento. La decisión está en nuestras manos, por medio
del trabajo interior, todo está en la meditación. Al meditar desaparecen los límites
y se abre una distinta perspectiva.
Para
transformar nuestros viejos esquemas de pensamiento, debemos deshacernos del
ego que siempre y en todo momento nos está involucrando en la lucha, las confabulaciones,
competencia y el afán de logros.
Nuestros pensamientos sirven de puente para que entren las
energías que nos hacen daño y aquellas que también alegran nuestro espíritu;
las mismas nos pueden sanar de las dolencias y también nos pueden enfermar,
porque "somos lo que pensamos, sentimos y creemos" muchos nos pueden
hacer sentir felices o tristes, optimistas o pesimistas, competentes o ineptos.
Algunos pueden ser agradables, afectuosos y optimistas; otros
estresantes, limitadores, los que nos llevan a estar insatisfechos y nos impiden
vivir plenamente.
De acuerdo con la Dra. Rosa Giunchi,
las bases físicas de la ciencia
son muy sólidas y creíbles pero solemos dudar con la misma vehemencia del poder de la mente.
Los antiguos médicos de la India
eran realmente sabios, y su principal creencia consistía en que el cuerpo se
crea a partir de la conciencia. Esto es fácilmente demostrable en hechos
concretos de cada día, como ante una situación de estrés (por ejemplo, voy a
cruzar el parque y me encuentro con un perro de aspecto agresivo y por eso me
asusto). Este susto es un hecho abstracto, pero mi cuerpo, obedeciendo órdenes
de mi mente, produce sustancias químicas (cortisona, adrenalina, etc.) para
elaborar una estrategia (huir o afrontar el peligro); estas sustancias son
concretas y fácilmente demostrables en el laboratorio, y todo solamente por
haber tenido conciencia del peligro.
Esta conciencia no se limita sólo
a la mente y a algunos órganos sino a cada una de las células de nuestro
cuerpo; cada una de ellas "sabe" de la existencia del peligro y actúa
adecuadamente a la circunstancia, ya que la sangre que recorre todo nuestro
cuerpo lleva sustancias químicas ("mensajeros") que intercomunican a
la totalidad de las células por los receptores que existen en sus membranas.
Por lo tanto, en el caso concreto del susto ante algún peligro (como el
mencionado antes) el corazón se acelera al igual que la respiración, la vista,
el olfato y el oído se agudizan (para poder huir, si es necesario), los
músculos se llenan de sangre, el sistema digestivo y reproductivo disminuyen su
actividad, ya que no se les necesita en esa oportunidad, de la misma manera que
disminuye su actividad el sistema inmune.
El estrés lo experimentamos
frecuentemente en el día, es un hecho fisiológico normal; superado el momento,
nuestro cuerpo metaboliza los elementos creados y todo vuelve a la normalidad
en un tiempo proporcional a la magnitud del evento.
Pero ¿qué pasa cuando no podemos
elaborar esa estrategia para evadirnos del peligro y permanecemos en ese estado
de desequilibrio emocional que no podemos manejar? Nuestro sistema inmune va a
seguir deprimido, nuestro corazón acelerado, etc. y cada una de las células de
nuestro cuerpo va a vivir esa frecuencia desequilibrada, desordenada,
inarmónica con capacidad potencial de desarrollar cualquier patología porque
carece de defensa; no solamente hablo de miedos como en el caso antes citado,
también nos desequilibran los rencores, odios, resentimientos, culpas y
pensamientos negativos en general. Luego, si pensamos armoniosamente y vivimos
en paz, vamos a crear un cuerpo sano, pleno y feliz.
En muchas ocasiones nos
refugiamos en un mundo de inseguridad que no nos permite avanzar en el trabajo,
en la vida personal y familiar. No es malo, pero tampoco es bueno.
Mirémoslo de
esta forma: muchos no se arriesgan porque otros fracasaron en lo mismo. Ten
claro que eso no significa que tú lo harás. Recuerda que eres diferente y
único. Claro, aprendemos de los errores que cometemos y los que cometen los
demás. Pero piensa, no podemos pasarnos esta vida observando errores y
fracasos, porque tarde o temprano nos convertiríamos en personas amargadas...
Ríete de ti mismo... ríete de tus errores, mira la vida con otros ojos... mira
esta vida como un mundo de oportunidades, un mundo donde los errores son
piedras en nuestro sendero, piedras que no tienes que patear, al contrario,
recógelas una tras otra y no te darás cuenta como construirás murallas y
fortalezas en las que podrás resguardarte tú y tus seres amados. Los que se
niegan a correr riesgos son tragados por la mala vida.
ERES GRANDE... SERÁS
GRANDE... ¡CREE EN TI!
No hay comentarios:
Publicar un comentario