domingo, 24 de julio de 2011

Los 10 Secretos de la Abundante Felicidad.



Los 10 Secretos de la Abundante Felicidad de Adam J. Jackson, es uno de mis libros favoritos. Es uno, de una serie de libros de 10 secretos, como son Amor Abundante, Riqueza Abundante, Salud Abundante.
Es uno de los textos de autoayuda, escritos de una manera clara y sencilla, con consejos  que nos proporciona muchas claves para mejorar nuestra vida y el camino para encontrar el bienestar que tanto deseamos.
1.- El Poder de la Actitud:

Mantén una Actitud positiva. “uno es todo lo feliz que previamente él mismo se ha propuesto ser”…”si espero lo mejor de la vida, lo obtendré”

2.- El Poder del cuerpo:

 Debes cuidar tu cuerpo. Es esencial que hagas ejercicio físico y que mantengas tu mente. Nuestra postura física influye en nuestro estado de ánimo. Andar con la cabeza erguida te da seguridad, mientras que llevar la cabeza baja, te baja el ánimo y la autoestima.

3. – El Poder del momento: 

Vive el momento. La vida se compone de momentos y hay que aprovechar cada instante.

4.- El Poder de la propia imagen:

 Cuida tu propia imagen: tu imagen influye en tus sentimientos y éstos se translucen a los demás.

5.- El Poder de las metas:

 Fíjate unas metas, el tener unas metas da sentido a tu vida, le marca una dirección.

6.- El Poder del humor:

 Ten sentido del humor: “no hay que preocuparse de las cosas pequeñas de la vida y hay que recordar, que la mayor parte de las cosas son pequeñas”.

7.- El Poder del perdón:

El rencor no es bueno para tu corazón, ni tu mente.

8.- El Poder del dar:

La generosidad siempre te viene devuelta.

9.- El Poder de las relaciones:

Cuanta más alegría y felicidad damos, más recibimos.

10.-El poder de la fe:

La fe crea confianza, nos da la paz mental y libera el alma de las dudas, las preocupaciones, la ansiedad y el miedo.





viernes, 8 de julio de 2011

El Poder de la oración.




La oración es una fabulosa fuente de energía para alcanzar, grandes logros y curaciones milagrosas. El hecho de que las plegarias funciones refleja nuestra conexión con lo Absoluto o que podemos hablar con Dios de una manera productiva.
Cuantiosos experimentos consideran, que tienen un efecto benéfico sobre la salud. Sin embargo, no se ha encontrado aún una forma de rezar que funcione el cien por cien de las veces, ni se puede predecir con exactitud en qué casos sanará, dicha  invocación.
Al psicólogo Lawrence LeShan, que estudió en profundidad la curación a distancia en sus diversas fórmulas, le llamó la atención que, en el caso de la oración, fracasos y milagros iban unidos con frecuencia. Según los estudios de LeShan, las oraciones no parecen no funcionar más, cuando se realizan desde el corazón y no desde la desesperación racional, sino con la claridad de espíritu sabiendo que, si lo que pedimos está en nuestro camino de evolución, se nos concederá.
La oración siempre ha existido en la Tierra, desde que llegó el primer habitante. Actualmente, tenemos una comprensión mucho mayor del mundo mental, espiritual y cósmico. El simple hecho de que el hombre haya orado desde la época de las cavernas, y ésa práctica persista aún en los días de hoy, ya significa que en la oración existe algo de profundo, trascendental y arraigado. La humanidad continúa rezando, y cada vez más, es porque cada día se comprueba la utilidad y la necesidad de la oración.
La razón más práctica para examinar el papel de la plegaria en las curaciones es precisamente que algunas veces funciona. Y además, el hecho de que en ocasiones no lo haga con todo el poder y previsibilidad requeridas tal vez refleje las deficiencias no de la oración, sino de quienes la practican. Quizá los orantes no están en el estado anímico adecuado, no tienen fe o no piden lo correcto. Tal y como escribió C. S. Lewis: "si Dios hubiese atendido todas mis absurdas plegarias, ¿dónde estaría yo ahora?"
Pero no es sólo eso; si las plegarias funcionaran siempre,  nadie moriría. En este sentido cabe citar a numerosos líderes espirituales que han fallecido víctimas de enfermedades dolorosas, nada propias de seres elevados. Santa Bernadette, a quien se le apareció la Virgen en Lourdes, murió de cáncer de huesos y tuberculosis a los 35 años; Krishnamurti, el célebre maestro espiritual, a causa de cáncer de páncreas; Suzuki Roshi, divulgador del budismo Zen, de cáncer de hígado; Ramana Maharshi, el santo más requerido de toda la India de cáncer de estómago, y la lista podría ser más extensa.
Las explicaciones a estas disfunciones en personas tan espirituales son múltiples, pero sea cual fuere la respuesta, su actitud nos lleva replantearnos una suposición muy extendida, que la falta de salud y las enfermedades denotan carencia de equilibrio espiritual. Si espiritualidad fuera sinónimo de salud ¿cómo explicar, en la otra cara de la moneda, la existencia de esos pecadores con salud óptima?
Tal vez en su respuesta, esté la razón última de porque la oración no puede resultar absolutamente eficaz el cien por cien de los casos. Algunas dolencias tienen quizá un sentido cósmico, invisible a los mortales y tan sólo conocido por la divinidad, como ya sabemos referentes a situaciones de Karma.
Se sabe que, en el interior de la criatura humana, están el Poder Infinito y la Sabiduría Infinita, o, en otras palabras, está Dios, el Padre, el Espíritu Santo. No importa el nombre que se le dé a esa Presencia, lo que importa es el reconocimiento de esta verdad.
Jesús decía que dentro de cada uno está el Padre: Y tú, cuando ores, entra en tu secreto y ora a tu Padre, que está en el secreto. ¡ Y tu Padre, que ve lo oculto, te recompensará!. El secreto es su interior.
Huberto Rohden, en su libro Jesús Nazareno, escribió: " La oración es un despertar del Padre en el Hombre, una realización de Dios en el Hombre, una concientización de la presencia de Dios en el Hombre".
Como escribió Rajneesh: No pregunte si Dios existe, pregunte si usted existe.
Medita tu realidad, tu dimensión y, por cierto, tocará con la borla de su mano los límites del Infinito. Pero jamás alcanzará el todo del Infinito.
Podemos reconocer a Dios a través de nosotros mismos y el contacto con tu Dios interior es hecho a través de la oración. Este es el lenguaje de la religión. Cualquier pensamiento o palabra o imagen dirigida a Dios se llama oración.
La plegaria es el método de pensamiento que une a Dios y al hombre. Pensar, hablar, imaginar, redactar, cantar, soñar, desear, pedir, son actos mentales. Sin embargo, hacerlo dirigiéndose a Dios, se llama oración.
Las leyes de la mente y las Leyes Divinas tienen el mismo origen: D I O S.
La oración es una forma de pensamiento. Por lo tanto, la oración encierra contenido espiritual, queda claro que la plegaria contiene energía mental y espiritual.
Como también se sabe que la plegaria es contacto con Dios, se ve en ella la energía multiplicada al Infinito.
Taniguchi escribió: Aún cuando todo parece estar en tinieblas, no habrá ninguna preocupación ni temor si reconocemos que dentro de nosotros existe una fuerza infinita.
 Ese estado contacto con nuestro ser  interior, a través de la oración,  es acercamiento con la Luz, y luz es energía. Por eso, el aura de una persona que ora, se ilumina.Se puede, inclusive, ver un halo de luz en los grandes místicos, en los santos. Esa energía que emerge y regresa a ti, en la oración, puede ser irradiada hacia otra persona, cuando tu plegaria se dirige hacia ella. No hay barreras que impidan el flujo de esa energía. Tu oración por alguien enfermo es una gran proyección de energía superior hacia esa persona.
El Maestro Jesús resumió toda la ley y los profetas en una sola palabra: AMOR. Por lo tanto, amar es la más perfecta oración.
En la oración se produce la comunicación entre el Padre y el hijo, y esta comunicación es amor. Aunque usted estés orando por alguna persona, o pidiendo alguna cosa, tu plegaria está dirigiéndose al Padre y, por eso, es un contacto entre hijo y Padre. Este contacto es amor.
La oración, que es amor en su esencia, no contiene el odio, la rabia, los celos, la envidia, la tristeza, ni cualquier tipo de maldad. El amor, por lo tanto, ya es perdón. El amor es la luz y en la luz no hay tinieblas. La legítima oración es un acto de amor, así como amar es orar.

El amor es la oración más elevada.